21 septiembre 2007

12. Una hora, trece minutos, cincuenta segundos


1.
Algo está sucediendo en Rumanía. Algo está pasando en sus cines.
Y quiero pensar que cuando en el 2004 se estrenó en el festival de Cannes la película uruguaya Whisky –dirigida por Rebella y Stoll-, alguien en algún lugar, en alguna crónica, en alguna radio, en algún periódico de cualquier lugar del mundo, pudo empezar de esta misma forma su texto: “Algo está sucediendo en la cinematografía de un país del que nunca antes había escrito”.

2.
4 luni, 3 saptamini si 2 zile (4 meses, 3 semanas y 2 días), Cristian Mungiu, Palma de Oro en el Festival de Cannes 2007.
Pueden suceder muchas cosas en cuatro meses, tres semanas y dos días. Sobre todo en los días oscuros del régimen de Ceaucescu, cuando el comunismo de grifos de oro hundió a Rumanía en la pobreza extrema.
Es en este contexto donde surge la historia de Otilia y Gabita, dos jóvenes que comparten habitación en una residencia de estudiantes. Es en este ambiente de bombillas débiles y funcionarios corruptos donde un médico clandestino hace una pregunta:
- ¿De cuánto está?
- No lo sé.
Gabita responde que no lo sabe. Entonces nos acordamos del título. Entonces el médico le dice que a partir del cuarto mes, un aborto puede ser muy peligroso.

3.
Fue en el Festival de Cinemateca Uruguaya donde vi por primera vez una de esas películas que han situado a Rumanía en el mapa de lugares “donde algo está sucediendo”. Y también en aquella ocasión todo transcurría con un pulso inestable, con una fuerza extraña, con un pesimismo al límite.
Moartea domnului Lazarescu (La muerte del señor Lazarescu, 2005), del director Cristi Puiu, llegó también con premios desde el festival de Cannes. El día en el que la pasaron en Montevideo, el cine estaba lleno y hacía mucho calor. Me tocó un asiento incómodo de la parte alta del cine y desde allí no pude apenas disfrutar de la proyección. Mientras en la pantalla la noche y el frío tomaban las imágenes, yo estaba en otro lugar, lejos. Pero apunté en mi cuaderno de notas que allí, en el deambular desesperado del señor Lazarescu a través de los hospitales del país, había algo especial que esperaba volver a encontrar en otra sesión rumana de cine. Y así ha sucedido hoy.

4.
La película empieza con la imagen de una pecera. Después entran las protagonistas en la habitación de la residencia y el plano se abre hasta mostrar que en el exterior está nevando.
Dos peces nadando despacio mientras en el exterior nieva.

5.
En la rueda de prensa, el director ha recordado los años finales del comunismo, la política de natalidad impuesta desde el estado, la ausencia de libertades, las habitaciones sórdidas de hoteles, lo que sucedió cuando se desmoronó todo. También ha hablado de películas pequeñas y de productores que están dispuestos a convertir el guión de un director joven en una película importante. Y ha confirmado que sí, que algo está sucediendo en Rumanía.

6.
Otras notas de mi cuaderno de notas:
Sangre en la nariz de Otilia.
Planos largos. Muy largos.
Excelente actriz Anamaria Marinca.
Apuntar el plano de Otilia –Anamaria- frente al espejo y revisarlo.

7.
Hoy la periodista Begoña del Teso terminaba su crítica diciendo que en la película de Mungiu hay recuerdos de otras películas. Yo también me he acordado de los hermanos Dardenne, de sus personajes, de su cámara al hombro, de su luz, de sus finales.
4 luni, 3 saptamini si 2 zile está en esa misma línea de belleza. De belleza dura. De cine sin ningún temor a ser cine. De esquinas afiladas y riesgo.

8.
Mirar a cámara. Quizá no haga falta escribir más. A veces basta con un final en el que la protagonista mira directamente a cámara.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Consejo: si puedes, huye de Mataharis. Es un (mal) episodio de una (mala) serie española.

Ander Izagirre dijo...

Qué bueno eres. Este blog da ganas de hacerse cineasta (me gustan los oficios acabados en -asta: gimnasta, pederasta, iconoclasta, plasta...).

Anónimo dijo...

Te perdiste ayer "Young Yakuza". Grande. Nunca he visto a tanta gente irse tan rápido de una sala. Hasta el protagonista, en el único momento verdadero de la película, dice: "No sé si esta película está saliendo muy bien". Tremendo.