02 septiembre 2007

07. Ingredientes para hacer una película


1.
Dicen que dijo Godard que para hacer una película bastaban una actriz y una pistola. Yo añadiría a esta lista mínima un coche. Un coche atravesando las carreteras de un país extranjero. Y a partir de ahí comenzarían las variantes: una pistola y un actor, un actor y un sombrero, un sombrero y un auto, un auto y un encuentro, un encuentro y una despedida, una despedida y una estación de tren, una estación de tren y un espía, un espía y una lectora de novelas, una lectora de novelas y una pistola, etcétera.

2.
He recordado esta frase que dijo Godard -o que quizá se inventó alguien y la puso en boca de Godard- mientras tomaba unos apuntes para una película pequeña que rodaremos en febrero del año que viene en las calles de Montevideo. La película es muy simple y en vez de la pistola de la cita, contiene a una actriz y sus viajes en coche por la ciudad y por la costa de Uruguay. Aunque también me gustaría filmar algún concierto al que acude ese personaje antes de iniciar sus paseos: una actriz, un auto y un grupo de rock, por lo tanto.

3.
Cuando alguien me contó por primera vez de qué iba la película de Michael Wintertbottom 9 songs (2004), creo que pudo decir algo así como:
- Para hacer una película bastan una pareja de actores y una cama. Y quizá unos cuantos conciertos a los que va la pareja cuando se cansa de estar en esa cama.
Cuando por fin pude ver la película de Wintertbottom comprobé que, efectivamente, no hace falta mucho más y que incluso se puede prescindir del revólver de estilo americano que propone el director de la ola francesa y poner en su lugar bandas tocando en directo.

4.
Estaba dándole vueltas a todo esto y a la mejor manera de filmar el concierto de la película uruguaya del año que viene cuando he recuperado las nueve canciones de Winterbotton. Y revisándola me he dado cuenta de que a esa lista para hacer una película se podría añadir también la presencia de un actor con cara de boxeador. Es más, he llegado a la conclusión de que tanto el actor Kieran O’Brian de 9 songs como el Jean-Paul Belmondo de À bout de souffle (1959, Jean-Luc Godard), podrían presentarse como campeones de pesos medios de sus respectivos países.

5.
Cómo no citar en este momento a Frank Nicotra, poeta, boxeador y cineasta francés que encarnó al boxeador y poeta Arthur Cravan en la película de Isaki Lacuesta Cravan versus Cravan (2002).

6.
La lista simple de Godard resulta que no es tan simple, pues tenemos ya una actriz, un concierto, un coche, un actor con cara de boxeador y todo lo que se pueda añadir a la lista a partir de ahora y hasta finalizar este texto.

7.
Hace unos días, recordando a Perec, escribía sobre esas películas que retratan lo que sucede cuando no está sucediendo nada.
Hay otros filmes en cambio que juegan a completar las elipsis producidas por otro director. Con esta idea en la cabeza, he programado una sesión doble de À bout de souffle seguida de 9 songs. Y la verdad es que ha sido como ver casi la misma película, una centrada en los exteriores de París y la otra en una cama de Londres.
Se me ocurre pensar también que si a esto le añadiéramos aquella obra anti-elipsis que filmó Warhol y que se centraba en mostrar sin cortes las horas de sueño de uno de sus amigos, tendríamos ya una “obra completa”. Aunque lo que no recuerdo es si el dormilón de Warhol tenía también cara de boxeador.

8.
Dicen que dijo Godard que sus películas eran fragmentos de otras películas que aún no había filmado nadie. O quizá no lo dijo él y se lo inventó alguien para cerrar un texto que avanza por una carretera como avanza un auto por las curvas sinuosas de un país extranjero.

1 comentario:

Rendl dijo...

Me han entrado ganas de ver "9 songs". Leyendo este comentario se me vino a la memoria aquel famoso cuento de Cortázar, "Las babas del diablo", en el que tenemos a un muchaco, una rubia, un tipo apartado, un coche, hojas secas y un tal Michel que lo mira todo con su cámara de foto. Y es como si de una foto Cortázar sacase una película que está ahí pero que parece que nunca va a empezar (o ya empezó y son todos recuerdos de alguien que anda por ahí y ya ve solo nubes, tras nubes).
P.S.: Michelangelo Antonioni ha intentado varias veces filmar "lo invisible"; o el silencio. Y el final de "Blow up" se acerca bastante a esa tarea imposible.