22 agosto 2007

05. Verano en el polo norte


1.
Si ayer escribía sobre pianistas zurdos, hoy sigo con música de teclas blancas y negras. Las fábricas, obreros, escaleras, camiones y máquinas sin nombre dan paso en esta ocasión a las cuerdas de la caja de un piano sonando en el interior de un restaurante decorado con murales de estilo Kandisnky. Algo ha sucedido en Kaurismäki. Seis años despues de mezclar veneno para ratas con vodka, la actriz Kati Outinen pasea por una película en la que no hay barcos, ni aviones, ni trenes, ni despedidas. Sólo una tormenta. Y después la calma. El título de todo esto es Nubes pasajeras (1996).

2.
Dicen que Felisberto Hernández tocaba el piano en un café de Montevideo llamado La Esmeralda Verde. Desde que me lo contaron, me he acercado muchas tardes a ese lugar. Y mientras tomaba té con palmeritas alemanas, he comprobado que el actual pianista parece más un cowboy de Las Vegas que un escritor secreto. Las que no han cambiado nada han sido las señoras de la tarde: whisky y pastas para la merienda. Claro que después es normal que nadie encienda las lámparas.
El rótulo de La Esmeralda Verde está impreso en neón verde. Lo mismo sucede con el cartel del restaurante Dubrovnik en el que trabaja la protagonista de esta película. Luz verde y fría para las noches de abrigo de Helsinki.

3.
Anotación para desarrollar en posteriores escritos: similitudes y diferencias entre el fuera de campo del cine y el fuera de juego del fútbol.

4.
Toca acordarse de Charlie Chaplin. Esta vez toca acordarse de Charlot y de sus personajes perdedores que al final de la película terminan guiñando un ojo a cámara. Y si las nubes se ciernen sobre un restaurante en crisis y unos personajes a la deriva a los que ya no quieren, el clima avanza hacia los cielos despejados y el sol (incluyendo una comida feliz y una reserva de la asociación de lucha libre para treinta comensales).

5.
Ella vestida de rojo, él vestido de azul (imagino que la dirección de arte de las películas de Kaurismäki debe tener todo un vestidor repleto con diferentes combinaciones de tonos de estos colores). La cosa no marcha bien en sus vidas y ni siquiera ayuda una sesión de cine. Él acude enfadado a quejarse a la taquillera:
- Devuélvame el dinero.
- ¿Por qué?
- Era una basura insoportable.
- Pero si no habéis pagado.
- ¿Y qué? Engañáis a la gente. ¡Adiós!
- ¿Y el perro?
- Dámelo.
Y mientras ella, él y el perro abandonan el lugar, se pueden apreciar tres carteles en la pared de la entrada del cine: Night on earth (1991) de Jim Jarmusch, L’Argent (1983) de Robert Bresson y L’Atalante (1934) de Jean Vigo.

6.
Sobre los perros y Kaurismäki: tengo el convencimiento de que el director finlandés sería el adecuado y casi único cineasta capaz de realizar una película sobre la perra espacial y rusa Laika. Imagino una historia centrada en su entrenador, vagabundo, borracho y hermano de un reconocido cosmonauta del régimen.

7.
Finlandés para principantes III:
“Kyläsaaren Hoitolaitos Byholmens Vardanstalt”
“Centro de rehabilitación para alcohólicos”.

8.
El café La esmeralda verde de Montevideo está especilizado en meriendas y cocktails. Creo que existe además la posibilidad de pedir una degustación de estas bebidas, que consta de entre seis y ocho combinaciones diferentes. La verdad es que aún no he comprobado si entre sus mezclas hay alguna con nombre inventado y reseñable.
Así como en el bar de la fundación Gubelkian de Lisboa uno debe pedir siempre un Janelas verdes dream, en esta película de Kaurismäki hay un cocktail azul llamado Invierno en Honolulú. Yo quiero uno. O dos.

1 comentario:

arponauta dijo...

gracias por el chivatazo y por el semiplagio estético, ahora somos hermanos de blog, cosa inaudita nunca vista antes de este siglo. en cuanto se me pasen los vértigosmareos me lo leo de cabo a rabo.
beso sanador.