18 noviembre 2007

31. Marruecos 3. Dos películas breves



1.
Escribe Isaki Lacuesta para contarme que Orson Welles odiaba su nariz y que en todas sus intervenciones como actor salía con nariz postiza. El relieve de El-Jadida adquiere con esta información otro sentido: no es que un gamberro robara la nariz del señor Welles para guardarla en el cajón de su mesilla de noche o tirarla al mar en una madrugada de verano, no. Alguien con mucho tacto y conocimiento de causa se encargó de “ajustar” el relieve al gusto del propio cineasta.
Y quizá esa nariz se encuentre ahora mismo en algún recóndito lugar de la selva del Amazonas.

2.
Rita, experta antropóloga lisboeta, me cuenta que cuando los portugueses abandonaron Marruecos, hubo ciudades enteras que se desplazaron al otro lado del Atlántico por orden del Marqués de Pombal. Allí se volvieron a construir conservando el mismo nombre y casi los mismos pobladores que en su etapa africana. Imagino la saudade y la confusión de aquellos eternos extranjeros. Rita cree que con El-Jadida, antigua Mazagâo, sucedió algo así, pero para confirmarlo consulta el volumen Os portugueses em Marrocos de Antonio Farinha, editado en Portugal por el Instituto Camoes.
Página 85:
“Os habitantes de Mazagâo, depois de permanecerem cerca de dois anos em Lisboa, foram fundar Vila Nova de Mazagâo no Brasil, segundo o plano do Marquês de Pombal de povoar a regiâo do Amazonas”.

3.
Repaso las imágenes grabadas durante la visita a las fortificaciones de El-Jadida y Essaouira y remonto dos películas pequeñas.
En la primera, la llegada de los barcos de los pescadores marca el final de una versión extraña de Othello.
En la segunda, un clásico de Shakespeare escrito en los muros de una antigua ciudad portuguesa.

2 comentarios:

Ander Izagirre dijo...

Qué bueno, qué bueno y qué bueno.

eresfea dijo...

V., lee la crítica televisiva de Esparza de ayer, domingo, a propósito de la película de La 2 del sábado. Destrozos contra Isaki Lacuesta.